CAPÍTULO 1:
Furia y la ganadería
de Miura
Una yegua llamada Furia fue
abandonada por sus dueños al Oeste de California. La yegua sabía hablar pero nadie lo sabía.
Furia llegó a la ganadería y vio un
cartel que ponía “Bienvenidos al mundo del toro, ganadería Miura”.
Furia decidió entrar y vio un hombre dentro. Se llamaba Eduardo Miura y fue
allí dónde se lidiaron los toros en la plaza de Madrid en 1792 por primera vez.
Los hermanos Miura, decidieron
quedarse con la yegua. Al día siguiente Furia se despertó y Juan y Eduardo decidieron juntarla con un
caballo. El embarazo de la yegua duró
doce meses.
Una vez transcurridos estos doce
meses, la yegua tuvo un potrillo precioso al que los hermanos decidieron llamar
Relámpago porque había nacido con una marquita en forma de relámpago en la
frente de color blanco.
Los
ganaderos se pusieron en marcha
para poder adiestrar a Relámpago. Lo primero que hicieron fue
ponerle la montura y la cabezada. Eduardo Miura fue el primero en montar. Puso el pie en el estribo y Relámpago al sentir el peso se movió arrojando al suelo
a Juan Miura, lo que provocó las risas de su hermano Eduardo.
Llegó el turno del hermano. Comenzó
poniendo el pie en el estribo como ya había hecho Juan, pero antes de subir le
dijo unas palabras al caballo. De esta forma consiguió subir. En ese momento
Juan Miura se sorprendió muchísimo y le preguntó a su hermano que cómo había
sido capaz de hacerlo. Juan le dijo que únicamente
había hablado con cariño al caballo y le había acariciado.
Comenzó a anochecer y debían llevar a
Relámpago a los establos. Juan Miura se encargó de guardar a Relámpago,
mientras el hermano fue a casa porque tenía prisa.
Al cabo de treinta días, Relámpago ya
estaba preparado para ser montado. Comezaron a salir con él al campo, hacían
quiebros, saltos… Eduardo y Juan Miura se dieron cuenta de que tenían en
sus manos un auténtico ejemplar al que podrían enseñar a hacer grandes cosas.
Los hermanos tras hablarlo
detenidamente y al ver el enorme talento del caballo, decidieron enseñarlo a
competir en la prueba de “ACOSO Y DERRIBO”, prueba que por otra parte ya habían
enseñado a otros caballos. Relámpago no sabía en que consistía así que tuvieron
que empezar a enseñarle de cero.
Para realizar este tipo de prueba
necesitaban una vaca o un toro puesto que consiste en correr sobre el caballo y
tratar de derribar a una res con una vara o garrocha.
Primero probaron con una vaca que tenía
dos años de edad y después con un toro de cinco años.
Al día siguiente Eduardo y Juan
fueron a buscar a Relámpago a los establos. Primero le pusieron la montura, la
cabezada... y después empezó a montarlo Eduardo mientras Juan fue a soltar la
vaca.
La vaca fue hacia el caballo y
Eduardo con un toque de maestría consiguió clavar la garrocha en la vaca.
CONTINUARÁ...
me justan los caballos
ResponderEliminarGracias por el comentario persona anónima pero se escribe gustar con g :). Un saludo
ResponderEliminarque felta me duele el corazan iris que cuento mas vonito
ResponderEliminarGracias henar pero bonito con bbbbbb
Eliminarun saludo.
ya lo se lo estaba escribiendo como el chac
EliminarEste cuento es para los tauriños
ResponderEliminarIris pon rápido el segundo capitulo
ResponderEliminarVale gracias anónimo.
ResponderEliminarIris me gusta mucho tu cuento me e enganchado a el
ResponderEliminarescribe pronto el 2 capitulo.
pon de una vez el segundo capitulo que es muy intrigante
ResponderEliminarlos cabalos
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