Capítulo 3:
SIGUIENDO LOS PASOS
Al salir de la cueva, se
evaporizó sin dejar rastro.
-Tengo que ver lo que
hay en el otro sendero este está cortado. –Dije con curiosidad. Pero antes de
marcharse, en la pared, había una figurita en la que ponía:
“Grito de almas tirar al gran muro impenetrable de almas”.
Al llegar, había un muro
de almas que no me dejaban pasar.
Pensé que no podría avanzar
por ahí pero, de pronto, me acordé de esa figurita tan rara que la tiré al gran
muro.
Rápidamente desapareció
y pasé.
Al entrar, me encontré
con una inmensa puerta de fuego. Entré esquivando las llamas y, al otro lado pude
observar un Kraken.
En él estaba luchando la
chica. Al intentar entrar, se cerraron las puertas. De repente, aparecieron una
llaves tan raras que parecía que estaban encantadas.
Cogí una pero, era de agua. Probé con otra pero
quemaba mucho.
La tercera
llave, resplandecía como el oro y pensé que esa sería la llave que abriría la
puerta. Por desgracia esa tampoco era la llave, era radiactiva.
Fui probando una por una y ninguna era la llave que
necesitaba. Cuando quedaba una sentí que debía ser esa. Era la única que me
quedaba. Cuando fui a cogerla entre mis manos, se evaporizó.
En ese momento sentí mucha tristeza. Pero de
repente, cuando estaba a punto de abandonar de mi cerebro salió una especie de
holograma de mi padre.
-Hijo, para abrir la puerta no
necesitas ninguna llave o talismán. Lo único que necesitas es tener
el corazón puro y la mente positiva.
Desapareció el holograma
y me quedé con una extraña sensación en el cuerpo. No sabía lo que significaba.
Estuve pensándolo durante mucho tiempo y, finalmente, supe que debía tocar la
puerta porque me tenía el corazón puro.
La puerta se abrió ante
mis ojos. Al entrar me di cuenta que no era la chica que tantas veces me había
salvado, era como su doble. Mientras analizaba la situación el kraken se
avalanzó contra mí con uno de sus tentáculos.
Lo esquivé y se lo
corté. Ya era hora de que utilizara los nunchakus. Eran
eficaces y a la vez invulnerables a cualquier ataque. Cuando iba a dar a
la chica la salvé cortándole otro de sus tentáculos. Al sacarla de ese lugar…….
-¿Por qué me persigues?
Dijo ella
-Porque tú me salvaste dos
veces. ¿Cómo te llamas?
-Trisa ¿y tú?
- Yo me llamo Dante
En ese momento no sabía
que era la amiga de mi padre.
-Tengo que marcharme.
Dijo ella.
-Espera… ¿Tú conoces a
mi padre? ¿Quién era?
-Sparda. Suspiró la chica
-¿De qué le conoces?
-Era uno de los hombres
de la hermandad de la alianza.
-Esa hermandad era mi
vida hasta que tu padre se arrojó a ese pozo. Al tirarse la hermandad se volvió…
extraña. Era como si el jefe, el señor apocalipsis, se volviera loco.
Escapé antes de que me
matara y……………….
CONTINUARÁ...
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