martes, 11 de diciembre de 2012

Capítulo 4: El maleficio de Dante (BRYAM)


Capítulo 4:

La hermandad de la alianza

No sabía que hacer, Trisa había desaparecido.

Empecé a dar vueltas y vueltas y pensé: “Ella sabe mucho de la hermandad  seguro que la han secuestrado”.

Durante mucho tiempo estuve tratando de localizarla. Pero un día me cansé de buscarla. Además, ella siempre aparecía cuando menos lo esperaba. Quién sabe, tal vez volviese a verla en algún momento.

Seguí para adelante por uno de los dos senderos, el de “FIRE”.  En el centro había un nuevo camino en el que ponía: 
SOCIEDAD DE LA HERMANDAD DE LA ALIANZA”.

Seguí el camino con cuidado pues sabía que habría trampas.
A medio camino me encontré con un par de topos grandes con afilados dientes de tiburón y cola de delfín.
No me enfrenté a ellos. Fui listo y me di cuenta de que tenía los instintos de un perro a si que cogí un tronco fino lo lancé y fueron a por él.

Cuando había recorrido tres cuartos del camino, encontré una rana tan pequeña como un dedal pero sabía que era una rana venenosa porque tenía la piel pringosa. Era la que usaban los indios para sus dardos tóxicos.


Como la rana era venenosa, no la cogí con las manos pero la envolví en una hoja con cuidado y la metí en una bolsita pequeña.
Seguí mi camino y pude ver una roca en la que había una luz que era de color verde.
Al cogerla era como si el mundo fuera de color verde.

Por fin llegué a la base donde ponía:
SOCIEDAD SECRETA DE LA HERMANDAD DE LA ALIANZA”.

Sólo   pensaba en entrar y salvar a Trisa. En el fondo yo pensaba  que tal vez ella estuviese ahí. Ella siempre seguía mis pasos.

 La puerta era gigante y  parecía que necesitaba una tarjeta.

Al caer la noche, un guardia salió a vigilar. Sigilosamente me acerqué a él con la intención de aturdirle y, lo conseguí. Después me arrodillé delante de él y le quité la tarjeta que abría la puerta.

Al adentrarme, había muchos guardias así que tuve que ir por los conductos de ventilación.

En ese momento, sentí que alguien gritaba.  Muy despacio me dirigí al lugar del que procedía aquel chillido. Era Trisa.
Estaba gritando porque la tenían agarrada por unos ganchos gigantes.

-Apocalipsis. Dijo trisa.
- ¿Contenta? Has destrozado la puerta.
-Suéltame. Dijo la muchacha valientemente.
-No hasta que  confieses.
-Nunca.
Le pusieron un cuchillo en el cuello, y después el hombre dijo:
-¿Vas a hablar ahora?
-No. Eres despreciable. Dijo Trisa mirándole con cara de odio.
-Voy a tener que matarte.
-¡Nooooooooooooooooo!.
En ese mismo instante salté del tubo de ventilación y le di en la cara.
-Vámonos Trisa. Tenemos que escapar de aquí.
-Intentaremos escapar. El caso es… ¿Conseguiremos salir?



CONTINUARÁ... 



2 comentarios:

  1. Yo quiero acer esto pero quiero hacer ideas como las tuyas brayan porque es un guerrero porque tiene cosas de gerreros porque gana los premios con las pruevas.

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