CAPÍTULO 1:
El
despertar
- - Hola, soy Dante e
intento escapar de mi pasado. Os voy a contar lo que me ha pasado.
Antes de empezar, me gustaría que supieseis como soy. Suelo llevar una gabardina
roja, el pelo corto y blanco y un alma tan negra como mi pasado.
Mi padre es un
cazador de demonios llamado Esparda. Es un hombre alto y corpulento al que
solía vérsele con una gabardina morada y plumas rojas en los lados.
¿Sus aficiones?
asesinar engendros del mal con su espada, sus pistolas y su gran poder demoníaco.
Todo
empezó cuando tenía apenas dieciocho años. Estaba preparando la maleta para
irme a Europa a ver a mi abuelo Agustín, cuando de repente al bajar las
escaleras de mi casa pude ver un pozo negro. En el pozo, estaba mi padre, y
quería tirarse.
-¡Noooooooo!
-Dije angustiado. Era la puerta al infierno.
Al
caer, había desaparecido el pozo y por lo tanto, mi padre.
En
el suelo, dejó una nota en el que ponía:
“Hijo
mío he hecho esto para que tú sigas mis pasos y que aprendas lo que yo he hecho
en la vida.
Tu
misión es acabar con la maldad en la
tierra y matar a los Inferiores del Príncipe de las Tinieblas. Yo ahora mismo
estaré derrotando a los cancerberos.
No
dejo ésta fortuna a tu hermano Sergil porque
se ha unido al otro mando. Cada vez que
derrotes a alguna criatura te iré otorgando las que serán tus pistolas, tu
espada y otras cosas que encontrarás”.
En mi primer viaje, tuve que adentrarme en el bosque tropical del Amazonas, situado en Brasil. En esta misión debía encontrar a una víbora, que sería mi
primer sacrificio para conseguir el collar de mi difunta madre.
Al llegar al
hogar de la víbora ella estaba fuera. Yo intenté matarla con sigilo pero me
cogió del cuello con su cola gigante. De repente la serpiente, al abrir sus fauces
con la intención de atacarme, falló su ataque y conseguí cortarle un diente con
la única espada que poseía, vieja y con el filo desgastado.
Al soltarme no
podía creerlo todo el suelo estaba cubierto de bichos, larvas, arañas, hormigas
y escarabajos voladores. Esos bichos, me rodearon y cubrieron todo el cuerpo. De
repente apareció una chica que los fumigó sin hacerme daño. Vi como era. Ella
era una preciosa joven de pelo rubio y vestía un corpiño color ciruela. Cuando mató a la
mala bestia, le cortó la encía y ahí encontró el colgante.
Fui corriendo a
coger el colgante y la chica desapareció antes de que pudiera agradecérselo. En
ese momento sentí que no sería la última vez que la viese…
CONTINUARÁ...
Te tengo que decir que e leido todos los ccuentos de tus amigos y el que mas me gusta es el tuyo. quiero leer mas adios brayan
ResponderEliminarTienes mucha imaginación y el segundo capítulo lo empiezas fuerte... Si lo acabas igual va a tener éxito (;
ResponderEliminarbrayan me encanta tu cuento quiero leer mas el titulo te engancha
ResponderEliminarespero que hagas los demás capítulos
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