martes, 19 de febrero de 2013

Capítulo 8: El secuestro de la anciana (JOSÉ)


Capítulo 8:

¿Será tan listo como parece?

Después de que estuviese con la camisa de fuerza en aquella sala; le metieron en otra sala parecida a la sala de un interrogatorio. Allí le hicieron preguntas de todo tipo.




-¿Qué sabe la policía?

Al estar atontado por el test, no contestó. Decidieron dejarle allí hasta que se le pasara el estado de shok en el que se encontraba. Era como el trabalenguas:







Tardó un día entero en volver en sí y olvidarse del test de inteligencia. Cuando volvió en sí, no recordaba nada y se lo llevaron a la misma sala del interrogatorio. Le volvieron a hacer la misma pregunta y contestó sin rechistar.
-Saben lo de… bueno saben todo lo que me habéis dicho.
-¡Queeeeee! ¿Co, co, como que saben todo lo que te hemos contado? Te voy a…
Enfadados se fueron a tomar un café al bar que tenían al lado al que llamaban “BAR LA CAÑADA”. Sus superiores tenían correo electrónico.

Ellos también. El suyo era:eduydavid@msn.com Allí les llegaban los correos de sus superiores. Uno de los correos que les mandaron Eduardo y David  ponía lo del soplón de la policía y que la policía sabía todo lo que le contaron a Juan. Sus superiores le contestaron muy enfadados que estaban despedidos. Le tenían que dar  a Romeo a su mujer y que debían entregarse a la policía. Que les daba igual lo que hiciesen pero que no volviesen a enviarles ningún correo a sus superiores. La habían liado. Sus superiores iban a llamar a la policía así que se tienen que ir 
de allí.

Al amanecer se fueron a otro lugar donde tenían algo parecido a un cuartel general del ejército. Ellos, en su época, pertenecieron al ejército español en las guerras mundiales y en las guerras civiles de España. Sus superiores eran los comandantes, los generales, capitanes… de los ejércitos. 

Los policías llegaron al almacén donde estaban antes de que se fuesen de allí. Cuando llegaron al cuartel vieron que estaba abandonado. Era como una casa en ruinas. Se caía a pedazos. Con un dinero que tenían en su cuenta, lo arreglaron. Para ello tenían que contratar a una empresa de cuarteles del ejército. La empresa se llama “Construcciones de cuarteles generales del ejercito”. Tardaron en arreglarlo  un par de días. Cuando acabaron, dejaron muchos escombros por el suelo y tuvieron que contratar a otra empresa de nombre         “Limpiatodo”. Estos le dejaron el cuartel como si estuviese nuevo, de fábrica. Les daba pena pisar el suelo. Pusieron papel de pintar para no mancharlo.  Todo esto les costó un millón doscientos cuarenta y nueve mil setecientos treinta y seis. La cuenta les quedó vacía.  Estaban arruinados.



CONTINUARÁ...


1 comentario:

  1. eres el mejor tienes una imaginación que ojalá la tuviera yo

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