Capítulo 8:
¿Será tan
listo como parece?
-¿Qué
sabe la policía?
Al
estar atontado por el test, no contestó. Decidieron dejarle allí hasta que se
le pasara el estado de shok en el que se encontraba. Era como el trabalenguas:
Tardó
un día entero en volver en sí y olvidarse del test de inteligencia. Cuando
volvió en sí, no recordaba nada y se lo llevaron a la misma sala del
interrogatorio. Le volvieron a hacer la misma pregunta y contestó sin
rechistar.
-Saben
lo de… bueno saben todo lo que me habéis dicho.
Enfadados
se fueron a tomar un café al bar que tenían al lado al que llamaban “BAR LA CAÑADA”. Sus superiores tenían correo electrónico.
Al
amanecer se fueron a otro lugar donde tenían algo parecido a un cuartel general
del ejército. Ellos, en su época, pertenecieron al ejército español en las guerras
mundiales y en las guerras civiles de España. Sus superiores eran los
comandantes, los generales, capitanes… de los ejércitos.
Los
policías llegaron al almacén donde estaban antes de que se fuesen de allí.
Cuando llegaron al cuartel vieron que estaba abandonado. Era como una casa en
ruinas. Se caía a pedazos. Con un dinero que tenían en su cuenta, lo
arreglaron. Para ello tenían que contratar a una empresa de cuarteles
del ejército. La empresa se llama “Construcciones
de cuarteles generales del ejercito”. Tardaron en arreglarlo un par de días. Cuando acabaron, dejaron
muchos escombros por el suelo y tuvieron que contratar a otra empresa de nombre “Limpiatodo”. Estos le dejaron
el cuartel como si estuviese nuevo, de fábrica. Les daba pena pisar el suelo.
Pusieron papel de pintar para no mancharlo.
Todo esto les costó un millón doscientos cuarenta y nueve mil
setecientos treinta y seis. La cuenta les quedó vacía. Estaban arruinados.
CONTINUARÁ...
eres el mejor tienes una imaginación que ojalá la tuviera yo
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