miércoles, 23 de enero de 2013

Capítulo 6: El secuestro de la anciana (JOSÉ)


Capítulo 6:
 
El intercambio fallido:


Los secuestradores llamaron a la comisaría.
-Mañana el dinero en el lugar en el que habíamos quedado Romeo y yo. 

Cuando acabaron de decir eso, colgaron. Los agentes hicieron un truco a los secuestradores;  los billetes de la parte superior e inferior eran verdaderos, pero los    billetes que estaban entre medias eran falsos. En realidad, son folios adaptados a las medidas, a las  condiciones y al aspecto de los billetes. Para hacer los “billetes” falsos, necesitaban toneladas de folios. Contrataron una fábrica de papel y otra de billetes. Alquilar la fábrica de papel costaba doscientos cuarenta y siete mil euros, y alquilar la fábrica de billetes costaba treinta y siete mil novecientos  cuarenta euros. Lo que suponía la asombrosa cantidad de casi trescientos mil euros. No tenían suficiente dinero. Estaba entre la espada y la pared. Tuvieron una idea. Se lo iban a pedir al banco.
Fueron al banco y, en lugar de trescientos mil tuvieron que pedir seiscientos mil, o sea el doble por los intereses de la cantidad pedida por los agentes. 
¿Qué irán harán? ¿Pedir trescientos mil euros o darles el dinero de verdad? Estaban confusos. Algunos agentes sugirieron darles el dinero de verdad y otros agentes opinaban que lo mejor sería pedir trescientos mil y devolver seiscientos mil euros. Lo que tenían que hacer se lo preguntaron a la gobernadora de su país.

 -Lo que tenéis que hacer es pedir trescientos mil euros y devolver el doble.

Decidieron hacer lo que les había dicho la gobernadora. El sitio donde tenían que hacer el intercambio era un callejón oscuro. Se iba a realizar a las siete y media de la mañana.
El día de la entrega estaban nerviosos. Dos minutos antes los secuestradores aparecieron. No sabían si iba a funcionar el engaño o no. Cuando llegaron  en el coche de la policía, Eduardo llamó a Romeo y se le llevo al callejón. Al cabo de un rato, unos agentes les siguieron alejados y disimuladamente sin que ellos se dieran cuenta.  Otros  agentes se subieron a los edificios cercanos del lugar. Romeo llevaba los sacos en un carretillo. Mientras se iba acercando a lo que le parecía un puerto empezaba a ver a su mujer. A su lado estaba David. Dejó a su mujer atada de manos y pies, dentro del coche.

-Enséñanos el dinero -dijo uno de los secuestradores.
-Aquí lo tenéis. Esperad que abra las bolsas.
Cogieron un fajo de dinero cada uno. Lo inspeccionaron, se fueron lejos de Romeo y se preguntaron.
-Este dinero es falso. Nos han intentado engañar. ¿Qué piensan, que somos tontos?


Volvieron hacia el lugar donde  estaban Romeo y su mujer. Estaban muy enfadados porque les habían engañado los agentes de la comisaria. Se montaron en el coche con la mujer y se volvieron a ir.  También se fue Romeo con los agentes gritando y muy, muy enfadado. No se quería montar en
el coche. Prefería ir a andando hasta su casa que estaba a unos cinco kilómetros del lugar del supuesto intercambio.


CONTINUARÁ...


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